Una mujer llamada Ana María, acostumbrada al ajetreo de la
cuidad, estaba en busca de tranquilidad y de la paz en su vida. Desde siempre a
estado agobiada y estresada por su trabajo, la habían ascendido a doctora y era
tan buena que todo el mundo quería ir a sus consultas y estaba saturada.
Empezaba incluso a atender mal a los pacientes y decidió tomarse un tiempo, ya que llevaba mucho tiempo sin unas vacaciones. Se decidió por viajar a Málaga, que desde siempre le ha encantado, para relajarse y dedicarse tiempo a sí misma.
Estuvo un mes aislada de todos, hasta que se cansó de la
soledad, aunque le encantaba la brisa del mar, el silencio y la tranquilidad de
allí, pero decidió volver a Barcelona. Una vez en Barcelona echaba de menos el
despertar con el sonido de la mar, pero estaba tan a gusto con sus pacientes y su vida normal, que estaba encantada.
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